, ,

Gestión del conocimiento: como humo se va !!

el conocimiento se va como el humo

 Conocimiento «en lata» vs conocimiento tácito.

Los procesos de reducción del tamaño de las plantillas mostrarán en algún momento que conforme vemos desfilar a los empleados más veteranos, también se va con ellos una buena parte del conocimiento acumulado durante años y años de ejercicio profesional. Y lo peor de todo es que las compañías no están haciendo demasiado para parar la fuga. Más bien todo lo contrario.

Muchas compañías argumentan que ya han puesto los recursos necesarios para gestionar el conocimiento y que la tecnología actual permite crear y distribuir los contenidos necesarios para el correcto rendimiento del personal. Y esto es cierto, siempre que estemos hablando del tipo de conocimiento que se puede «enlatar».

La mayoría de las practicas de gestión del conocimiento continúan concentrándose en el ciclo creación-almacenamiento-distribución. En este sentido, la Gestión del Conocimiento no parece haber evolucionado de la clásica Gestión de la Información.

La tecnología no es suficiente.

Lo que sí ha evolucionado son las herramientas tecnológicas que permiten realizar los procesos antes mencionados. También permiten poner a disposición del personal en la organización todo tipo de información codificada y convenientemente enlatada en formato texto, audio, video o cualquier otro imaginable.

El problema real, no está en mantener este conocimiento enlatable que por su propia naturaleza es tangible y por tanto más fácilmente adquirible y replicable. El problema está en mantener en casa el conocimiento «no enlatable» y evitar que se nos vaya cuando reducimos las plantillas a base de prejubilar personal desde los 50 y pocos en adelante. En estos casos, el conocimiento se nos va como el humo.

Gestionando el conocimiento tácito.

Los años de experiencia en una profesión o en una industria van posando en el profesional un fondo de conocimiento. Más que conocimiento es sabiduría, difícilmente «aprensible» y comunicable. Me gusta pensar que este tipo de conocimiento se almacena en la nariz, más que en el cerebro. Este bagage permite al profesional detectar, mediante su desarrollado olfato, situaciones especiales, casos que se salen de la norma y que deben ser tratados de forma diferente a cómo dicta el libro. Este tipo de conocimiento es intangible y difícilmente comunicable. Precisamente por esto constituye una ventaja competitiva sólida.

La experiencia no es suficiente. Hay que haber recapacitado sobre ella.

El verdadero conocimiento tácito se adquiere a través de «una experiencia sobre la que se ha recapacitado». Sobre la que, de forma consciente, se ha aplicado algún tipo de pensamiento que permite mejorar la práctica. Es un conocimiento que se aprende, pero que no puede ser enseñado, ya que forma parte de un proceso de descubrimiento sobre el que actúan el tipo de experiencias vividas, pero también el tiempo.

Y el tiempo, como el humo, se nos va entre las manos viendo como los profesionales que han desarrollado una fina nariz se nos van de las compañías sin haber transmitido su sabiduría provocando un proceso de amnesia corporativa. Se van en definitiva las personas en las que las compañías invirtieron para desarrollar un talento que ahora parece prescindible, por demasiado caro.

0 comentarios

Dejar un comentario

¿Quieres unirte a la conversación?
Siéntete libre de contribuir

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

*